jueves, 22 de julio de 2010

Sobre la libertad

Es indudable que la libertad es el estado ideal del hombre. Sin embargo, en la sociedad actual creo que se han olvidado las razones que fundamentan la libertad. ¿Se puede ser libre sin ser honesto?
Si por casualidad alguno de mis colegas preguntara hoy a un alumno qué es la honestidad, vería reflejado en su rostro el desconcierto. Hagan la prueba.
Ser honesto significa ser sincero, pero para ser sincero, uno tiene que conocerse bien. Saber qué quiere y qué necesita. Saber quién se es, más allá de las opiniones ajenas.
La honestidad también tiene que ver con la verdad. Soy lo que soy. Lo que tengo es, simplemente, lo que tengo, no lo que soy. En la sociedad de consumo se ha instalado la idea de que se es lo que se tiene. Y si alguien cree que logrará la felicidad cuando "tenga" todo lo que quiere o necesita... se equivoca. Por que el deseo de tener cosas nunca se acaba. Siempre aparecerá "algo" nuevo.
Por lo tanto, si creo que al obtener cosas (tanto materiales como intelectuales) lograré la felicidad, la realidad me enfrentará siempre a alguna nueva necesidad de tener algo, y de esa manera, seré esclavo de ese deseo insatisfecho.
Por el contrario, si me preocupo por saber quién soy, cuáles son mis defectos y cuáles mis virtudes, cuál es mi lugar en el mundo, para qué sirve mi existencia, empezaré a encontrarle un sentido a mi vida, que va más allá de cualquier cosa que pueda tener.
Si descubrimos eso, seremos libres.