jueves, 1 de septiembre de 2011

Sobreprotección educativa

En líneas generales, creo que la sobreprotección termina por anular al "sobreprotegido". Porque a la víctima de sobreprotección no se le permite desarrollar su potencial, o no se le ofrecen escenarios positivos de aprendizaje. Está claro que no todos podremos desarrollar las mismas cualidades o habilidades tanto sociales como cognitivas y prácticas, pero suponer que todos los alumnos con carencias afectivas o familiares, económicas y/o cognitivas son incapacez de "cualquier aprendizaje", además de discriminatorio, es profundamente lamentable. Más doloroso aún es reconocer que para algunos (¿o muchos?) profesionales de la educación, tal intento es impensable.
Si el docente no cree que su alumno puede aprender, no se molestará por mejorar sus prácticas de enseñanza. Su actividad se tornará rutinaria, aburrida (tanto para él como para su clase) y carente de todo atractivo. Nada peor que enseñar sin esperanza. Creo que todos los alumnos pueden aprender, algunos más rápido que otros, o con más esfuerzo y trabajo, o con mayor facilidad, y con distinta profundidad. Pero para eso se requieren algunos requisitos:
  • que el alumno crea que puede aprender
  • que el docente crea que su alumno puede aprender
  • que el docente entienda cuáles son las trabas del alumno para comprender una explicación
  • que el alumno entienda que estar presente regularmente en las clases es la llave para entender cualquier tema

No hay comentarios:

Publicar un comentario